Volcanes, lagos termales, la posibilidad de ver ballenas y delfines a escasos metros de ti... todo esto, y mucho más, lo podemos disfrutar en las Azores, un archipiélago situado en medio del Atlántico, a unas dos horas en avión de Lisboa. Nuestra puerta de entrada al archipiélago será el aeropuerto de San Miguel, la isla más grande; y aunque todas ellas tienen aeropuerto lo ideal sería utilizar el barco para nuestros desplazamientos insulares. ¿Quieres saber qué ver en las Azores? A continuación tienes algunas ideas:

Isla de Sao Miguel

Lo primero que sorprende a los recién llegados a Sao Miguel es la fuerza del verde que impera en la isla. Plantaciones de té y de tabaco, bosques y unas extensas praderas le dan este color a la llamada isla verde por su extrema fertilidad. Se trata de una isla marcada por los terremotos y las erupciones volcánicas que la han sacudido a lo largo de la historia. Esta actividad volcánica se mantiene a día de hoy en forma de manantiales de agua sulfurosa caliente o fumarolas de vapor, en especial en los valles de Furnas y Ribeira Grande.

Terceira Isla

Pero si hay un destino obligado de visitar en las Azores, este es Terceira Isla. Su nombre de debe a que fue la tercera isla descubierta, aunque también sea la tercera en extensión. Hay mucho que ver en la isla y en sus aguas, ya que a solo dos millas de la costa podemos disfrutar de los cetáceos en su hábitat natural. Hay varias empresas que organizan salidas para avistar ballenas y delfines en unas aguas que este 2017 han sido elegidas el mejor destino para la observación de cetáceos en Europa por la EBD.

También en tierra firme podemos disfrutar de la fauna local. Estamos en un archipiélago donde hay más vacas que personas -3 vacas por persona-, así que no te pierdas la leche o los quesos. Pero los más destacados son los toros. En Angra do Isla, capital de Terceira, nos encontramos con la plaza de toros y un enorme monumento con tres astados; y entre mayo y septiembre en la isla se celebran las touradas à corda -especialmente famosas las de las fiestas Sanjoaninas, en junio-, un espectáculo que nos recuerda a los sanfermines pamplonicas.

Las Azores también se llevaron el premio al mejor paisaje europeo, y no es para menos. Uno de los escenarios más sorprendentes son las grutas, como la de Algar do Carvão, una espectacular chimenea volcánica de 90 metros de profundidad que en su interior alberga estalactitas de lava, unas enormes bóvedas geológicas o un lago que nunca ha recibido la luz del sol. Pero antes de entrar en la gruta tendrás que pasar por una entrada flanqueada por helechos, líquenes y la flora autóctona que filtran la luz que pasa a la gruta, creando unas sensaciones únicas.

Si quieres adentrarte en la historia de la isla, no puedes perderte São Mateus, donde todavía sigue vivo el recuerdo de la Fábrica de la Ballena, además de los calderos y tanques donde derretía y almacenaba el aceite de ballena. De hecho, la ballena fue un importante motor económico para la industria de la isla, pero tras la prohibición de su caza la industria ballenera y todo lo relacionado con ella ha pasado a ser parte de la historia de la isla.

Otro pedazo de la historia de las Azores se escribe en Angra do Heroísmo  y en el Castillo de  São Felipe, que nos recuerda el pasado español de la isla y su relevante papel como puerto de escala para los barcos que venían cargados de riquezas del Nuevo Mundo. Sus fuertes y la catedral o las más de 60 iglesias repartidas por toda la isla, sus paisajes verdes y naturales y las posibilidades de disfrutar de excursiones en este paraíso natural son la excusa perfecta para acercarnos hasta las Azores y no dejar ningún detalle por explorar.