Europa, el viejo continente. Un lugar lleno de países, ciudades, pueblos y rincones naturales para ver. Un continente que es, a día de hoy, destino de viaje de un gran porcentaje del turismo internacional; y es que motivos no faltan. Te damos hasta 6 razones para viajar a Europa, a continuación.
Europa, frontera entre continentes y culturas
Europa es un lugar maravilloso, próximo a otras culturas, pero también frontera entre varios continentes. Es posible estar en Europa y Asia al mismo tiempo. Sí, como lees. Estambul, por ejemplo, es una ciudad europea maravillosa. No una cualquiera. No. Se trata de la ciudad europea más poblada del mundo. Además, el Bósforo separa literalmente Asia de Europa. Un ejemplo de ciudad dividida entre dos grandes culturas, oriente y occidente.
Ocurre algo similar en ciudades como Ceuta y Melilla. Pertenecientes a España, estas dos ciudades están en continente africano. Por tanto, aunque sean europeas, tienen una fusión cultural de lo más destacada. Un mestizaje que se puede apreciar en su población, en sus costumbres y en sus monumentos.
1. Los destinos turísticos más conocidos

No es que en el resto del mundo no encontremos lugares turísticos. Pero no podemos negar que Europa cuenta con ciudades que a todo el mundo le gustaría conocer. Tiene Estambul, como ya hemos comentado, pero no es la única joya. En Europa puedes viajar a Roma, París, Praga, Londres o Barcelona. Todas ellas ciudades grandes, cosmopolitas y llenas de historia. Capitales del mundo que aparecerían en cualquier guía de Europa.
2. Mucho Patrimonio de la Humanidad

Si nos paramos a mirar un anexo de los lugares Patrimonio de la Humanidad, en Europa hay muchísimos. ¿Quién no querría ver todo el Patrimonio de la Humanidad que pudiera? Y no, no se tratan de monumentos puntuales. En Europa hay ciudades enteras declaradas Patrimonio de la Humanidad. Ciudades como Ámsterdam, Toledo, Venecia, Florencia, Santiago de Compostela, Granada, Cracovia o Dubrovnik. La lista es enorme. Para no aburrirse en muchísimo tiempo.
3. Playas que no tienen que envidiar al Caribe

Cuando pensamos en una playa paradisíaca solemos pensar en el Caribe. Bueno, lo cierto es que en Europa hay costas que no tienen nada que envidiar a esas playas caribeñas. En el Mediterráneo, por ejemplo, encontrarás una amplísima lista de playas europeas fantásticas e islas bellísimas. Muestra de ello son las famosas islas griegas. Hay archipiélagos para dar y regalar, con islas de todo tipo, desde las más animadas hasta las más tranquilas.
¿Lo mejor de todo? Que en el Mediterráneo el clima es bastante bueno. No es que puedas bañarte todos los días del año, pero a partir de mayo y hasta bien entrado septiembre, disfrutar de jornadas de sol es más que posible una obligación moral.
4. Montañas para vivir la naturaleza

La playa y las ciudades grandes están bien, pero, además, en Europa hay mucha montaña. Muchísima. Puedes atreverte por zonas como la Cordillera de los Alpes, que abarca un extenso territorio comprendido entre Francia, Italia, Suiza, Alemania, Mónaco, Austria, Eslovenia y Liechtenstein.
¿Eres amantes del esquí? Pues Europa puede ser un destino de lo más interesante para ti; y es que aquí vas a encontrar algunas de las pistas de esquí más prestigiosas del mundo.
5. Una gastronomía inigualable

Pocos lugares cuentan con una gastronomía tan rica y variada como Europa. En España se come bien, y esto es así. No obstante, no hay que dejar fuera de nuestra vista lugares como Francia o Italia. Ambos países tienen muchísimo que decir en cuanto a gastronomía se refiere. También Grecia, con la que se comparte esta dieta Mediterránea que tanto atrae a cocineros y turistas.
Europa es un lugar de buena carne, de quesos deliciosos por todos sus países. Una tierra de buenos vinos y jamones, no sólo el jamón ibérico, también el jamón curado italiano, por ejemplo.