Ha llegado el ansiado momento que tanto habéis estado esperando: las vacaciones veraniegas. En esta época del año el sol brilla como en ninguna otra, el calor invita a darse un buen chapuzón y es raro el nubarrón que asoma para deslucir un brillante día de relax y disfrute en familia.

Y si hablamos de pasarlo bien en compañía de los nuestros a la vez que recuperamos energías, de disfrutar del clima sensacional que estos meses nos ofrecen y de acumular preciosos recuerdos que todos guardaremos con cariño, un viaje juntos es el mejor plan para aprovechar las vacaciones al máximo.

Por eso vamos a hablarte de la que nos parece una de las mejores ideas para pasar unos días inolvidables en familia en estos meses de verano: alojarse en un complejo hotelero.

Sol, agua, confort y relax son los ingredientes que puedes encontrar en un resort de este tipo, un lugar donde disfrutar de la tranquilidad de tenerlo todo a vuestro alcance sin moveros del sitio: estos complejos incluyen bar-restaurante para vuestras comidas y cenas, zona infantil con animación diaria para los más peques y piscina con hamacas para tomar el sol como si de una playa caribeña se tratase. Si por ejemplo estáis pensando en visitar la Costa del Sol, famosa por sus inigualables playas y su clima templado, una opción muy interesante puede ser  Holiday World, un grupo de hoteles con una variada oferta de ocio para toda la familia.

A continuación vamos a ver en detalle todo lo que un hotel de este tipo os puede ofrecer a ti y a tu familia:

• Bienestar y confort. Hay planes vacacionales que incluyen visitas a lugares de interés, rutas por la ciudad y la montaña, actividades deportivas y un largo de etcétera. Son todas ellas actividades que nos enriquecen, pero que también nos fatigan. En cambio, pasar unos días en un complejo turístico es sinónimo de relax absoluto, ese que tanto necesitáis todos en casa. Tumbarse en una hamaca a tomar el sol, refrescarnos con un buen bañito en la piscina y volvernos a tumbar es un lujo que todos deberíamos poder permitirnos al menos una vez al año. En estos hoteles estará a tu alcance mañana y tarde, un día sí y otro también. Y cuando empiece a rugiros la barriga, solo tenéis que desplazaros a la zona del restaurante y poneros las botas. Esto es vida.
• Diversión. Tomar el sol apaciblemente junto al mar o la piscina es un placer, pero llega un momento del día en que el sol se esconde. ¿Hora de irse a dormir? ¡En absoluto! En la terraza de un complejo de estas características se organizan todas las noches animadas actuaciones para todos los públicos: desde trucos de magia hasta concursos de karaoke, pasando por verbenas, bailes y monólogos cómicos. Y no hace falta esperar a que caiga la noche; durante el día también podéis disfrutar de actividades como tiro con carabina, tenis de mesa, sesiones de cine, etc.
• Seguridad y tranquilidad. Cuando viajamos con nuestros pequeños, es fundamental no perderlos jamás de vista. Este aspecto choca de frente con el relax y la despreocupación que buscamos en unas vacaciones de sol y playa, pero en estos alojamientos turísticos esto no es un problema, ya que al tratarse de sitios cerrados nuestros hijos siempre estarán cerca de nosotros. Además, como disponen de zona infantil y profesionales del ocio y el tiempo libre, los pequeñines de la familia siempre estarán en buenas manos y muy entretenidos con actividades especialmente pensadas para ellos.
• Rápido acceso a la playa. Cuando os apetezca cambiar el agua dulce de la piscina por las olas del mar, solo tenéis que salir al exterior del hotel y caminar unos pasos. En un momento estaréis disfrutando de la brisa marina y el agradable ruido del oleaje.

El verano ya está aquí y tienes la mejor escapada en familia ante tus ojos. Haced las maletas, preparad la crema solar y el bañador y… ¡a disfrutar!