Cuando nos disponemos a visitar algún país de Europa, generalmente nos vienen a la mente algunos como Francia, Italia, Reino Unido o Alemania. Pero hay muchos más destinos turísticos además de los más populares, y que sin duda tienen el encanto de lo desconocido.
Es el caso de Bulgaria, un país que desde no hace demasiado tiempo pertenece a la Unión Europea, pero cuya historia es de las más antiguas del continente. Ya en la lejana Edad del Cobre se construyó una necrópolis que atesoraba la pieza de oro más antigua de la Humanidad.
Su enclave en uno de los puntos más calientes de Europa a nivel estratégico, comercial y cultural, ha dotado a Bulgaria de una fisonomía y riqueza de monumentos enorme, que te animamos a visitar en tus próximas vacaciones. Puedes aprovechar ofertas de vuelos que te lleven a uno de los lugares con más historia y a la vez más desconocidos de Europa.
A continuación verás algunos de sus rincones más emblemáticos:
- El hogar de Dimitar Peshev. Esta casa-museo ubicada en la localidad de Kiustendil se conserva en homenaje a los ciudadanos búlgaros que se salvaron del exterminio nazi en 1943. Peshev, presidente de la Asamblea Nacional de Bulgaria, escribió una carta al primer ministro búlgaro mostrando con firmeza su disconformidad con la deportación de los judíos, lo que le llevó a la cárcel. Este fue el primer paso que encabezó todo un movimiento en Kiustendil por la salvación de los búlgaros judíos. Si visitas la casa de Dimitar Peshev descubrirás todo lo relacionado con este momento histórico.
- La iglesia de Boyana. Este templo, cuya construcción abarca el período entre finales del siglo X y mediados del XIII, encierra 89 frescos de autor desconocido que constituyen un magnífico exponente del arte medieval de Europa Oriental, representando más de 200 figuras humanas que además de motivos religiosos dejan entrever parte de las costumbres de la sociedad de su momento. Tal es su importancia que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
- Las termas de Odessos. Cerca del puerto de la actual Varna, ciudad que a muchos les sonará por ser uno de los escenarios de la novela Drácula de Bram Stoker, podemos visitar una edificación de carácter público que tuvo una gran importancia en el pasado: las termas romanas de Odessos, nombre de Varna en la antigüedad. Este edificio asombraba con sus dimensiones y estructura abovedada, que permitía a los ciudadanos darse placenteros baños en agua fría, templada y caliente. En nuestros días alberga espacios dedicados a la cultura, donde se organizan conciertos y espectáculos teatrales.
- Villa Almira, el palacio de mármol. Se trata de un precioso palacio romano ubicado en el valle del río del mismo nombre, que consta de 2 pisos que en su día contaron con lujos de todo tipo y que todavía hoy dejan admirar el esplendor de sus materiales y acabados. La totalidad de sus estancias se distribuye alrededor de una piscina en el centro del palacio, y muchos de sus elementos -barandillas, columnas y frisos- están tallados en mármol, de ahí su nombre.
- Pliska, la primera capital búlgara. Los arqueólogos llevan décadas indagando en los restos de esta ciudad erigida por los fundadores del Primer Imperio Búlgaro en el siglo VII. La razón de que los primeros búlgaros escogieran este enclave para levantar su capital fue su estratégica posición comercial, que la convertía en un nexo de unión para relevantes rutas comerciales. Actualmente puede visitarse y ofrece a los turistas una reproducción por ordenador de lo que fue la ciudad en sus orígenes.