Viajar a Ibiza

Cómo disfrutar de Ibiza a tu ritmo

Viajar a Ibiza

Hay lugares de ensueño. Paraísos naturales que seducen nada más verlos y en los que, inevitablemente, te ves pasando de una forma plácida y relajada, el resto de tus días. En España tenemos la fortuna de tener varios de estos oasis de felicidad y belleza absoluta.

Ibiza sin duda es uno de esos lugares, pero una isla como Ibiza, donde se respeta tan profundamente la naturaleza, se hace impracticable en un periodo tan corto de tiempo como son las vacaciones si no disponemos de un vehículo. Ese es su atractivo y, a la vez, su debilidad.

Pese a ser una isla de pequeña extensión, cuenta con difícil acceso y conexión debido, en gran parte, al respeto al entorno natural que se promociona y que, lógicamente, impide establecer mayores y mejores conexiones entre los puntos de interés y con encanto. Por ello, si viajas a la isla Pitiusa imbúyete de su paciencia y cordialidad porque los trayectos son largos y sinuosos. Eso sí, de inigualables paisajes. Poder contemplar cómo la naturaleza conjuga y combina su lado más abrupto y salvaje con la transparencia y la pureza de sus aguas en playas como las que se ven en Baleares, es un regalo a la existencia de inigualable parangón.

Pese a la fama de ocio nocturno que le acompaña desde hace décadas, lo cierto es que Ibiza es muchísimo más que fiesta, noche, playa y sol. Es más, Ibiza en realidad se asemeja más a la imagen contraria a esa de noches de fiesta y desfase interminable; aunque la isla también tiene capacidad de ofrecer ese ocio a quien lo busca.




El ambiente ibicenco te empuja a relajar normas y exigencias pero si quieres disfrutarla y vivirla, precisas tener libertad de movimientos. Solo lo puedes lograr disponiendo de un medio de transporte que te permita explotar al máximo las opciones que te brinda la isla.

Hay muchas posibilidades para alquilar un vehículo, pero una de las más cómodas y seguras es dejarlo en manos de un buscador, hay muchos en internet, el más conocido seguramente sea Pepecar, por precio y costumbre. Una rápida visita y, de forma inmediata, te muestra muchas ofertas para el alquiler de coches en Ibiza.

Si aprovechamos como excusa el próximo Día del Padre, que, además, en algunas comunidades es fiesta y por lo tanto puente, podemos cogernos algunos días libres y tener una semanita de vacaciones. Es una ocasión excepcional para hacer una escapadita a Ibiza. Además, si se reserva con tiempo, ahora hay unos precios inigualables de alquiler de coches: por tan solo 1,29 euros al día tienes una reserva (para toda la semana sale a menos de 8 euros). Esto sí ofrece facilidades para poder permitirse viajar. Hasta simplemente disfrutar de una escapada de fin de semana o de puente, si se tiene, vale la pena.

Es necesario planificar bien el viaje y saber qué visitar para poder ir a tiro hecho y aprovechar bien el tiempo (así como tener en cuenta cualquier detalle que afecte a nuestro viaje, como cuando vamos a viajar con mascotas). Hay lugares que no se pueden evitar, al menos, durante la primera visita a la isla. Siendo que aún no es tiempo de playa y hamaca, se puede dedicar el tiempo a admirar espacios naturales y lugares históricos. Es el caso de Dalt Vila, la zona más alta de la ciudad de Ibiza –característica de donde deriva su nombre-, que en verano está plagado de veraneantes que dificultan o, directamente, impiden disfrutar de tan inigualables vistas. Recorrer este antiguo recinto defensivo amurallado te traslada a tiempos pretéritos. Nada más acceder a través del Portal principal, llamado de ses Taules, que está flanqueado por dos estatuas romanas y protegido por un puente levadizo, la imaginación comienza a volar y desaparecen las prisas y el estrés. Por algo Ibiza y su entorno son Patrimonio de la Humanidad.

A tan solo 30 kilómetros de distancia de la ciudad de Ibiza está Portinatx, ubicado en el municipio de San Juan Bautista (en catalán y oficialmente Sant Joan de Labritja), donde las zonas montañosas propician acantilados. Portinatx conjuga playa y servicios puesto que se trata de una de las zonas más turísticas de la isla. No es gratuito que sea así ya que en poca zona se conjugan naturaleza abrupta, playa y tradición. Playas de arena blanca y agua cristalina a un paso de la zona de ocio y servicios complementan un servicio redondo al turista, que además se puede acercar a ver los acantilados y los paisajes más curiosos del municipio y la propia localidad de Sant Joan, un pequeño pueblecito típicamente ibicenco con casas encaladas de líneas rectas.

Si hay algo malo de esta isla, con diferencia, es tener que marcharse de ella.

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