La capital de Austria es una de las ciudades más impactantes de Europa y reúne a dos de los fenómenos geográficos más importantes del Viejo Continente: el río Danubio y Los Alpes.

El Danubio es el segundo río más largo de Europa, tras el Volga, atraviesta varios países y varias capitales por el centro de Europa hasta su desembolcadura en el Mar Negro. Por su parte, Los Alpes es la principal cordillera montañosa de Europa, al menos la Europa Central y Occidental, porque existen otras como Los Balcanes, Los Cárpatos o Los Urales que son igualmente relevantes.

Pero dejando a un lado la geografía, a la que hay que sumar que la capital austriaca está enclavada en un área natural de gran belleza, los bosques de Viena, son muchas más las razones para conocer esta ciudad, y a continuación repasamos algunas de ellas.

Viena y la música clásica

Viena es para la música clásica uno de los grandes referentes. En esta ciudad ofrecieron conciertos artistas como Mozart, Beethoven, Schubert, Brahmms o Strauss.

La capital austríaca es la sede de uno de los museos más completos sobre Mozart, aunque si lo que queremos es conocer más a fondo sobre la vida del genial músico de Salzburgo, la opción ideal es viajar hasta su ciudad natal, a unas tres horas de camino. En esta ciudad podemos descubrir su casa natal, la Residencia Mozart, la Plaza Mozart y otros muchos rincones por donde paseó el compositor.

Volviendo a Viena y la música, el evento más importante de la ciudad cada año es el Concierto de Año Nuevo que se celebra cada 1 de enero en la Wiener Musikverein, una de las principales salas de conciertos del mundo. Cada año, este concierto es transmitido al mundo para una audiencia potencial de unos 1.000 millones de espectadores en más de 50 países. La música de este concierto es, en su mayor parte, de la familia Strauss, austríacos y de Viena.

Por calles, plazas y parques de la ciudad podemos contemplar numerosas estatuas y homenajes a la música clásica y a sus compositores. Un buen modo de acercarse a la ciudad y su relación con la música es haciendo un free tour en Viena. Un free tour es una actividad turística muy de moda en los últimos años que consiste en un tour gratuito en el que el participante decide al final de la visita cuál es el precio a pagar por esta actividad, de manera libre.

Las artes plásticas, y todo tipo de artes

No solo la música es la única forma de arte para contemplar en Viena. La principal ciudad de Austria cuenta con dos de los museos más importantes de Europa. El Museo de Bellas Artes de Viena y el Palacio de Beldevere. En ellos se alojan piezas de indudable valía como obras de Bruegel, Rubens o Rafael.

Tal es la pasión de los austríacos por el arte que en la capital tienen hasta su propio Barrio de los Museos. En esta zona de la ciudad, muchos establos del siglo XVIII han ido progresivamente reinventándose para convertirse en museos de arte, arquitectura, historia y otras disciplinas.

La mención al Palacio de Baldevere nos sirve para destacar dos espacios únicos de la ciudad: el Palacio Imperial y el Palacio de Schönbrunn. Durante los siglos XIX y principios del siglo XX, el imperio austrohúngaro fue una de las grandes potencias mundiales, y estos palacios son una buena muestra de ello.

Estos dos espacios constituyen dos de los principales atractivos arquitectónicos, históricos y culturales del país. Tras el Palacio de Schönbrunn encontramos el Jardín Tiergarten, que lleva a gala ser el primer jardín zoológico de la historia.

Las obras arquitectónicas de la ciudad

Cualquier visita a una gran ciudad europea tiene como hecho imprescindible contemplar sus grandes edificios, y como no podía ser de otro modo, iglesias y catedrales suelen ser las más destacadas.

En Viena, la Catedral de San Esteban es un conjunto imponente, su origen se remonta al siglo XII y el estilo adoptado es el gótico, tan habitual en la Edad Media en el centro de Europa. Otro lugar a visitar es la Iglesia de San Carlos, más reciente y de estilo barroco, pero localizada muy cercana a San Esteban.