Cuando escuchas ‘Sitges’, probablemente te venga a la mente la idea de ocio nocturno y turismo libre de prejuicios. Y seguramente estés en lo cierto, pero esta pequeña ciudad costera a 40 kilómetros de Barcelona es mucho más que eso. Y en este artículo te lo contamos: aquí tienes 5 propuestas vacacionales que tienen mucho éxito en Sitges.

Turismo de sol y playa

Uno de los puntos fuertes de Sitges es su buen clima: más de 300 días de sol, temperaturas templadas en invierno y no demasiado altas en verano, con un paseo marítimo muy animado y playas donde darse un chapuzón cómodamente. Por ello, elegir un hotel en Sitges que esté en primera línea de playa será fundamental para quienes viajen a esta Vila con la idea de plantar la sombrilla, reservar la tumbona y disfrutar del mar Mediterráneo. La playa de la Fragata es la más cercana al centro histórico, pero a lo largo de toda su costa se suceden otras muchas, como la de la Bassa Rodona, la de la Ribera o la de Terramar, además de otras de diferente tamaño en la zona de Levante y de Poniente.

Turismo acuático

Pero el mar sitgetano, que pertenece a la Costa del Garraf , no es atractivo solo para quienes desean tostarse al sol. Para todo aficionado a practicar deportes acuáticos en cualquier rincón del mundo, es interesante saber que en sus litorales se puede practicar una gran variedad de estos deportes gracias a que aquí se han instalado numerosas empresas que ofrecen actividades de todo tipo: desde paddle surf a snorkel pasando por kayak y surf, en este último caso de la mano de la Escola Catalana de Surf, entre otros. Sitges cuenta con el dinámico puerto deportivo de Aigüadolç, desde donde se puede navegar a vela o a motor, con motos de agua y con todo tipo de embarcaciones, se tenga título o no.

Turismo cultural

En Sitges existen diferentes rutas culturales, temáticas y con interesantes monumentos a visitar. Uno de los más emblemáticos es la iglesia de Sant Bartomeu y Santa Tecla, pero también hay construcciones dignas de foto y museos que bien merecen una visita, donde el modernismo catalán dejó su sello. El Palau Maricel es uno de los más significativos, con murales románicos, tablas góticas y otros objetos de arte procedentes de colecciones particulares, así como destacados cuadros de la llamada Escuela Luminista de Sitges. Cau Ferrat también es un palacio-galería que no defraudará, sobre todo por haber sido el taller de Santiago Rusiñol , uno de los grandes artistas catalanes de finales del siglo XIX y principios del XX. Cuenta también con obras de Zuloaga, Ramón Casas y alguna sorpresa de Picasso, entre otros. Y por citar otro diametralmente opuesto, también podrás visitar el Museo Casa Bacardí, dedicado a esta marca de ron, fundada en Santiago de Cuba precisamente por un sitgetano de nacimiento: Facundo Bacardí.

Turismo cinematográfico

Esta pequeña ciudad catalana organiza todos los meses de octubre uno de los festivales cinematográficos más multitudinarios de España: el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, que ya va camino de su 50º aniversario. Un evento con diferentes localizaciones y centenares de proyecciones, todas ellas con un denominador común: el género fantástico. Producciones españolas y extranjeras, cortometrajes y largometrajes, invitados ilustres y cintas que se convierten en películas de culto… Un festival que da mucho de sí y atrae a miles de visitantes.

Turismo folclórico

Y además de todo ello, Sitges, como la mayoría de ciudades y pueblos catalanes, cuenta con numerosas asociaciones cívicas que tienen por misión conservar las costumbres y folclore local. Por ello, en las fiestas patronales y en otras fechas señaladas, como Navidades o Semana Santa, se pueden presenciar manifestaciones tan variadas como castells, sardanas, caramelles y otras muchas más. Y si eres un gran aficionado al Carnaval no puedes perderte el de Sitges, uno de los más animados de España. Aunque aquí la frontera con el turismo de ocio nocturno es difusa...