Las nuevas tecnologías también se han adueñado del mundo de los viajes, y además de miles de reseñas y opiniones sobre todo tipo de destinos y establecimientos cada vez es más fácil encontrar alojamientos alternativos a los habituales. Los hoteles, cámpings, hostales o casas rurales pierden fuelle mientras crecen los alojamientos privados para hospedarse en nuestro viaje. Es una forma diferente de viajar, más económica en la mayoría casos, pero que tiene otras ventajas adicionales.
Aplicaciones y páginas web como Wimdu nos permiten buscar alojamientos de todo tipo en la mayoría de países del mundo. El funcionamiento de este tipo de plataformas es simple: pones tu casa a disposición de los turistas, que pueden reservar una habitación en las fechas señaladas. El anfitrión no tiene por qué irse de casa cuando llega el huésped, y encontramos alojamientos de todo tipo, desde áticos en el centro de una gran ciudad hasta fincas en la montaña o apartamentos en la playa.
¿Por qué triunfan los alojamientos privados?
Hay varias razones que explican el éxito de este tipo de alojamientos, y que se alzan como sus principales ventajas cuando los elegimos para nuestros viajes:
- Lo normal es que sean mucho más económicos que un hotel, en especial durante la temporada alta; y al viajar con amigos o familiares el ahorro es mayor. Es cierto que la comida no suele estar incluida, pero también es verdad que no todos los hoteles incluyen todas las comidas.
- El propio anfitrión es el que fija el precio, y suele incluir los servicios que ofrece a sus huéspedes: wifi, desayuno, toallas, cocina, lavadora, televisión...
- Son como unas vacaciones en una segunda residencia. Tienes la libertad de, por ejemplo, cocinar en casa o preparar tu comida allí y llevártela en un tupper, ahorrándote un dinero importante en comida. Ya sabes que comer fuera de casa es caro, muchas veces no conocemos los mejores sitios y por muchas reseñas que leamos siempre podemos equivocarnos al elegir.
- La libertad de tener una casa a tu disposición también es importante. No estás sujeto a los horarios de los hoteles u hostales, y aunque la convivencia con los vecinos siempre debe ser respetuosa, nos da más libertad; por ejemplo a la hora de desayunar o comer.
- También es una opción mucho más íntima. Una de las cosas que más agradecemos es disponer del cuarto de baño y las duchas para nosotros solos. Los huéspedes suelen alquilar habitaciones con baño, así que se acabaron las colas para ducharse tan habituales en los hostels.
- Dondequiera que busques alojamiento, tendrás cientos de opciones a tu alcance valoradas y puntuadas por otros viajeros como tú.
Hay quien tiene reparos en abrir las puertas de su casa a otras personas, igual que no todo el mundo se atreve a alojarse en casas de desconocidos durante un tiempo. Por eso las plataformas de alquiler vacacional cuentan con mecanismos de control para asegurarse de que huéspedes y anfitriones son gente en la que puedes confiar. Los anfitriones pueden descartar potenciales huéspedes si no tienen una buena reputación, y una vez finalizadas las vacaciones pueden comentar y puntuar el perfil del otro, destacando las cosas positivas y las negativas.
tu casa: alojamiento privado para otros turistas
Igual que puedes alojarte en la casa de un particular, tú también puedes ofrecer tu casa a un turista para su visita a tu ciudad. La clave de estas plataformas es el doble sentido, y el registro es gratis. No hay que pagar nada por inscribir tu casa, y las plataformas suelen llevarse un pequeño porcentaje de lo que paga el huésped por alojarse allí. En cualquier caso es una forma interesante de ganar dinero a la vez que conoces a gente de todo el mundo y les enseñas los secretos de tu ciudad.
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