Viajar es una experiencia vital, para casi todo el mundo es un placer, asociamos de hecho los viajes con las vacaciones en la mayor parte de las ocasiones. El viaje exterior, muchas veces es un reflejo del viaje interior que tenemos que hacer para encontrarnos a nosotros mismos. Aunque resulte paradójico viajar nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos. Obligatoriamente cuando viajamos tenemos que hacer uso de toda nuestra amplitud de miras, estamos fuera de nuestra zona de confort, tenemos que abrir los ojos a nuevos paisajes y la mente a nuevas maneras de hacer las cosas, amoldarnos a otras costumbres que muchas veces nos pueden resultar, cuando menos, muy chocantes.
En casi todas las historias (y a casi todos los humanos nos gustan las historias) ya sean cuentos, novelas o incluso películas, el viaje es interpretado como una metáfora del viaje de la vida, y esto es así porque realmente es una experiencia transformadora, más allá de lo poético que pueda sonar, la realidad es que nunca somos la misma persona cuando regresamos de un viaje.
Ser plenamente consciente de esto puede convertir un viaje en una experiencia vital más enriquecedora, este es uno de los motivos fundamentales que pueden impulsarnos a realizar un viaje de voluntariado.
Razones por las que hacer un viaje de voluntariado
Los viajes de voluntariado son aquellos en los que además de conocer una cultura diferente puedes implicarte y trabajar en una causa en la que crees y con la que estás dispuesto a comprometerte.
Una experiencia enriquecedora
Quizás la primera y la más importante de las razones que tienen que impulsarnos a hacer un viaje de voluntariado es el hecho de desear vivir esa experiencia por lo enriquecedora que puede llegar a ser para nuestra vida y por todo aquello que nos puede aportar.
Mejorar el CV
Mejorar nuestro CV puede ser otro motivo interesante. A la hora de valorar tu candidatura para un puesto de trabajo, el hecho de haber realizado un viaje de voluntario puede decir muchas cosas sobre ti, por ejemplo, que eres una persona con determinación, que eres capaz de adaptarte a nuevos ambientes y situaciones, que sabes colaborar con un equipo de trabajo y que eres capaz de gestionar tu tiempo y ser generoso con los demás.
Mejorar o aprender un idioma
Practicar un idioma mientras viajas, la mejor manera de aprender bien un idioma es practicándolo y si estás en un sitio donde no te queda más remedio que hablarlo mejor que mejor.
Vacaciones baratas
Tener unas vacaciones low cost, aunque en muchas misiones de voluntariado tienes que costearte tu mismo el viaje, lo cierto es que el alojamiento y muchos servicios los tendrás gratis, así que es una buena manera de conocer otros países.
Mejorar el mundo
Sentir que eres útil y qué puedes aportar algo para hacer del mundo un lugar mejor. Es importante que si esta es tu motivación busques una causa que realmente te estimule lo suficiente, ya sea trabajar con poblaciones desfavorecidas, con animales exóticos en peligro de extinción, con causas ambientales etc.
¿Cómo organizar un viaje de voluntariado?
Son muchas las organizaciones y las causas que precisan voluntarios, cada una tiene unas necesidades y unas maneras diferentes de trabajar, por eso es importante que dediques tiempo a informarte antes de escoger un viaje de voluntariado. Que te plantees seriamente qué es lo que te gustaría hacer y donde y que busques organizaciones que tengan una buena reputación y que encajen en lo que tu estás buscando.
Tipos de viajes de voluntariado
Puedes trabajar con la fauna, dando clases a los niños locales, ayudando a crearlas infraestructuras básicas necesarias para algunas aldeas, colaborando en hospitales, trabajando en labores de conservación arqueológica.
Utiliza Internet para investigar y cuando tengas alguna organización elegida, ponte en contacto con ellas para que te expliquen cómo funcionan, que puesto seria el adecuado para ti. Anímate, seguramente no te arrepentirás.
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