Organizar un viaje meticulosamente cuando vamos a efectuarlo con críos es prácticamente indispensable. No es suficiente, no basta con añadir unas cuantas prendas a la maleta, el carnet de identidad, y lanzarse a la aventura. Con ellos, debemos valorar tranquilamente sus necesidades, imprevistos que puedan surgir, características del destino al que vamos a llegar, la salud, que el alojamiento se adapte a lo que requieren y, claro está, elegir bien el medio de transporte. A menudo se suele contratar un seguro de viaje barato para satisfacer gran parte de estas necesidades.
Viajar con niños puede resultar una experiencia muy grata, enriquecedora y divertida, en la que los pequeños pueden disfrutar aprendiendo en un entorno distinto al habitual, como por ejemplo yendo de vacaciones con los niños a Roma, un destino muy educativo y fascinante para toda la familia.
Pero del mismo modo, también puede llegar a convertirse en algo así como una pesadilla. Así que vamos a ver qué podemos hacer para que el viaje juntos sea todo un éxito:
- Nunca es del todo fácil viajar con niños (salvo en contadas excepciones), por lo que, ser capaces de hacer una óptima planificación previa y saber disfrutar de los cambios en la rutina del viaje, son dos elementos que a la postre acabarán resultando decisivos para valorar la experiencia a posteriori, con el paso del tiempo.
- Para que ellos se impliquen, es preciso integrarlos desde el mismo comienzo, incluirlos para elegir el destino, conocer de primera mano qué cosas les gustaría hacer, y estimularles proponiéndoles actividades desconocidas para ellos. Una vez se haya seleccionado el destino, es importante incentivarles, para que desarrollen curiosidad por descubrir lo nuevo que van a visitar. Para poder desarrollar este concepto, se puede coger un mapa de lugares turísticos del enclave en cuestión, y situar sitios de interés turístico en él, aprendiendo a establecer mediciones de distancia o a buscar coordenadas. Del mismo modo, puede ser divertido hacer una guía ilustrada con dibujos, adaptada a los pequeños para que puedan manejarla durante esta particular experiencia.
- En el momento de visitar monumentos históricos, será más ameno para ellos si somos capaces de convertir la actividad en un cuento, dándole un toque mágico a lo que visitamos. Eso sí, respetando aquella información o datos importantes. En función de la edad, se les puede enseñar a buscar el billete por la red, o aquellos documentos que resulten necesarios para viajar. En cuanto a la maleta, los niños deben ser conscientes de que no pueden excederse, de que hay que llevar lo imprescindible, ya que el espacio actúa como factor limitante. Eso no quiere decir que no podamos permitirles que se lleven por ejemplo un juguete especialmente apreciado por ellos, ya que es probable que se sientan más seguros llevándolo consigo en la estancia fuera de casa.
- No estaría mal ponernos en la piel del pequeño durante el viaje. Por eso, siempre es buena opción alternar estas visitas de índole turística con acudir a algún sitio donde el crío se lo pase de lo lindo. Los parques temáticos son un producto bastante solicitado actualmente al respecto.
- Por último, y una vez ya estemos de viaje, no es mala idea incluirles a diario en las decisiones sobre qué visitar o en qué sitio comer, pero siempre estimulando esas ganas de conocer nuevos sitios o de probar manjares novedosos de culturas diferentes a la nuestra.