Un gran atractivo de viajar es admirar las obras de arte de aquellos lugares que visitamos. A lo largo de los siglos, numerosos artistas en multitud de disciplinas nos han dejado piezas arquitectónicas, pictóricas y escultóricas que han soportado el paso de los siglos para llegar hasta nosotros y dejarnos con la boca abierta.
Pero no hace falta remontarse muchos siglos atrás para encontrar obras que no dejan de sorprendernos y que han cambiado la forma de entender el arte y la sociedad en su conjunto. Es el caso de Andy Warhol y Louise Bourgeois, dos genios del reciente siglo XX que merecen estar en el Olimpo de los grandes creadores de la Humanidad por méritos propios.
Poseedores de talentos muy personales que dieron lugar a obras reconocibles al instante, cada uno en su estilo y disciplina, principalmente escultora Bourgeois y pintor Warhol, redefinieron por completo los estándares del arte contemporáneo, innovando formalmente y encapsulando nuevas corrientes de pensamiento en las piezas a las que daban forma con la brocha y el cincel.
Andy Warhol ha pasado a la posteridad principalmente por sus representaciones gráficas de objetos cotidianos y rostros de famosos, pasados por el prisma de una extravagante paleta de colores básicos y chillones, que fue clave en el desarrollo de lo que conocemos como pop art. Cumplido el medio siglo, este inconformista se propuso plasmar la sombra de un objeto que se proyectaba en su oficina, pero bajo diferentes propuestas y colores, cada una distinta a todas las demás. Entonces nació Sombras (Shadows), una de sus obras más personales, que él mismo no dudó en calificar como “decoración disco”, quitándose importancia como solía hacer a menudo.
Louise Bourgeois es conocida en cambio por sus esculturas arácnidas. No en vano, el apodo que suele utilizarse para referirse a ella es “Mujer Araña”, y su araña “Maman” alcanza casi los 10 metros de altura. Está considerada la madre del Arte Confesional, en el que el artista plasma sus pensamientos, miedos, recuerdos, emociones y, en definitiva, vida y anhelos. Y si bien no opinaba que su arte fuera feminista, toda su producción artística tenía a la mujer como eje principal, manteniéndose activa durante 7 décadas en las que la obra Guarida articulada (ArticulatedLair) se erige como una de las más singulares, conformada por unas 60 “celdas”, espacios evocadores de los más variados sentimientos que son obras de arte en sí mismos.
Si te apetece darte una vuelta por Bilbao y quieres descubrir el imperecedero legado de estos dos gigantes, no dudes en acercarte al Museo Guggenheim de esta preciosa ciudad, uno de los mejores museos de España, que te abre las puertas de Guarida articulada y Sombras de junio a septiembre de 2016.
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