Viajar es caro, no deja de ser una frase hecha que se escucha muy a menudo, y una excusa de mucha gente para no viajar. Lo cierto es que es algo relativo y por supuesto, cuestión de gustos y de intereses. Si queremos viajar a los lugares más plenamente turísticos, alojarnos en un hotel de cinco estrellas y comer de restaurante todos los días, indudablemente sí, viajar es caro.

Pero si en lo que estamos interesados es en viajar para conocer el mundo y tenemos  una mente abierta y capacidad de amoldarnos, nos daremos cuenta de que hay muchas maneras de ahorrar en las vacaciones, o al menos de no gastar mucho dinero.

Cómo ahorrar viajando

En primer lugar, debemos saber de cuánto presupuesto de viaje disponemos, será un punto básico para planear nuestras vacaciones. Sobre el presupuesto nos iremos planteando el destino de viaje, los gastos de transporte y alojamiento, las entradas etc. Planear un viaje es un proceso que lleva tiempo, pero si queremos hacerlo bien realmente merece la pena.

Ahorrar en el transporte del viaje

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Si tienes la suerte de poder elegir tus fechas de vacaciones y quieres que te salgan más baratas, elige fechas que estén fuera de la temporada alta, quizás no disfrutes de un tiempo tan excelente como en pleno verano, pero por lo mismo todo estará más barato y tampoco habrá tanta masificación turística.

Si ya tienes tus fechas de vacaciones empieza a buscar vuelos y a comparar los precios 3 o 4 meses antes. Es cierto que hay quien lo deja para el último minuto por si surge una oferta de vuelo de última hora, pero por experiencia os decimos que estos chollos suelen ser limitados.

Si no viajamos solos sino en un grupo de amigos, debemos valorar qué opción de transporte nos sale más económica, a vece merece la pena alquilar un coche para el viaje.

Aprovechar las tarjetas turísticas, muchas ciudades ponen a disposición de los viajeros tarjetas que tienen una duración determinada y suponen un ahorro considerable en los medios de transporte y en las entradas a determinadas atracciones turísticas.

Por lo general improvisar sale más caro, por eso es mejor llevar los deberes hechos y tener un itinerario de viaje, es cierto que debemos ser flexibles, no hace falta cumplirlo a rajatabla pero nos servirá como un truco para ahorrar en el viaje. Además, hay determinados días que algunas atracciones son gratuitas, es un punto a tener en cuenta.

Ahorrar en alojamiento

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Evidentemente un hotel de más categoría costará más que uno de menos. Pero también debemos plantearnos otros factores como si nos saldrá mejor reservar en un hotel céntrico aunque sea más caro porque ahorraremos en transporte, o si tenemos planeadas excursiones de manera que igual nos interesa más un hotel en la periferia.

Además podemos valorar otras opciones de alojamiento durante el viaje más económicas, por ejemplo si vamos en grupo a lo mejor nos interesa alquilar un piso o apartamento. También podemos valorar opciones gratuitas como el intercambio de casas o tener en cuenta el couchsurfing, opciones sólo válidas para los más abiertos de mente.

Ahorrar en la comida

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Comprar la comida en el supermercado indudablemente saldrá más barato que comer en bares o restaurantes (e incluso en ocasiones será más sano), pero si aún así preferimos comer en restaurantes es mejor que nos alejemos de los más céntricos, o que optemos por franquicias.

Como siempre os decimos, aprovecharse de todo lo bueno que nos ofrece Internet es una máxima en nuestros días, nos permitirá enterarnos de ofertas, estudiar nuestro destino, comprar a distancia y con antelación, controlar nuestra economía etc.

Pero en ningún caso debemos perder de vista que la mejor información, sobre ofertas y lugares de interés en nuestro lugar de destino nos la darán siempre lo habitantes autóctonos, así que aprovechemos para socializar.