Aunque viajar es una de las cosas más maravillosas que podemos hacer con nuestro tiempo libre, son muchos los obstáculos que nos ponemos para hacerlo. Sí, en ocasiones, nosotros mismos boicoteamos nuestros posibles viajes alegando problemas como el miedo a salir al extranjero, el presupuesto o el idioma. Te mostramos cómo enfrentarte a todos esos obstáculos que te impiden viajar para que puedas disfrutar al fin de la escapada de tus sueños. ¡Sigue leyendo!
¿Cuáles son las mayores barreras a la hora de viajar?
Es posible que tengas que enfrentarte a una serie de problemas o inconvenientes a la hora de viajar a un país en concreto, o bien, no hayas conseguido reunir el presupuesto de viaje determinado para hacer la escapada deseada. Repasamos las mayores barreras al viajar y las mejores soluciones para afrontarlas:
1) El obstáculo del presupuesto
Tontería, lo que se dice tontería, no es. El dinero es importante. No sólo para pagar las facturas y costearnos la vida, también para viajar. No obstante, debemos dejar a un lado ese cliché de que viajar es caro. Lo cierto es que no tiene necesariamente que ser así. Existen un sinfín de compañías low cost que ofrecen vuelos a un precio más que razonable. Además, si tienes disponibilidad de fechas para viajar, puedes jugar poniendo alarmas para que te avisen de cuándo baja el precio.
Viajar en coche con amigos puede salir bastante bien, la gasolina entre 5 sale a cuenta. Un dinero que te vendrá bien ahorrar en la planificación de un viaje, o en el alojamiento. Este alojamiento puede costarte caro, sí, pero si prescindimos de lujos encontraremos precios más interesantes. Hay hostales, albergues y habitaciones compartidas que no te costarán tanto como imaginas.
En cada ciudad tienes herramientas de ahorro para el turismo, como las tarjetas turísticas, que además de permitirte viajar en el transporte público siempre que quieras, incluyen la entrada a los monumentos más importantes de la ciudad. En cuanto a la comida, siempre encontrarás locales de comida rápida, socorridos y baratos.
2) Viajar es peligroso (en algunos países)
Otra de las excusas que solemos ponernos más habitualmente es la del peligro. Es evidente que, si encendemos la televisión y vemos las noticias, observaremos que el mundo es un lugar muy peligroso. No obstante, quizá debamos pensar que lo que sale en la tele es una visión bastante parcial de la realidad.
Viajar es mucho más seguro de lo que imaginamos. Cualquier país cuida al turismo, pues es una fuente de ingresos. Por tanto, debemos pensar que en cualquier destino turístico van a intentar mirar por nosotros. Eso sí, el sentido común a la hora de viajar nunca debe faltar. Más o menos como en tu propia ciudad. Seguro que no entrarías en un barrio peligroso a altas horas de la mañana en tu ciudad ¿verdad? Fuera tampoco.
3) La barrera del idioma
Dejando a un lado el presupuesto y la peligrosidad, podemos hablar de la barrera del idioma al viajar. Entenderse es clave. Hay personas que tienen miedo a que al viajar no se les entienda. Si no sabes inglés o vas a un destino en el que no se habla, no debes preocuparte en exceso.
Con buena voluntad uno se entiende con cualquier persona. Los gestos siempre han servido. Además, también puedes recurrir a traductores de bolsillo, diccionarios y el típico papel y boli para escribir lo que quieres decir.
4) Viajar con niños
Generalmente se suele pensar que, al tener hijos, esto de los viajes se termina. Nada más lejos de la realidad. Hay parejas que viajan con niños desde que son muy pequeños. Sólo hay que organizarse. Es cierto que tendrás que buscar destinos un poco más tranquilos, y que los servicios de tu alojamiento tendrán que estar adaptados a tu nueva situación. No obstante, quitando eso, no vemos ningún tipo de problema a la hora de viajar con niños.
Hay cruceros, hoteles e incluso rutas aptas para niños. Esto puede ser muy interesante a la hora de buscar tu siguiente destino.
5) Viajar solo
Hay veces que no conseguimos convencer a nadie para viajar. Esto hace que nos quedemos solos ante el peligro ¿es un problema? Para mucha gente sí. Debemos desterrar la idea de que viajar solo es un problema. Viajando solo conectas contigo mismo, disfrutas de los destinos de una forma más intensa y personal y, además, conoces gente nueva durante el viaje. Lo cierto es que todo son ventajas.
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