Volar con bebé

Volar con bebés: 4 consejos para un vuelo tranquilo y seguro

Volar suele ser en ocasiones una tarea tediosa, y más si se lleva un bebé a bordo. Los niños son impredecibles, por lo que atenderlos a veces puede ser un problema tanto para los progenitores como para los viajeros o el personal que se encuentra en el avión.

Los bebés pueden ser adorables, hasta que se les limita su capacidad de movimiento y comienzan a sentirse encerrados. Es ahí cuando empiezan a agitarse, a estar incómodos y, por consiguiente, a llorar o gritar. Llegados a este punto, todas las personas presentes comienzan a desesperarse por la situación y los padres ya no saben qué hacer para calmar al menor.

Para los progenitores del niño, esta situación puede llegar a ser un verdadero problema, sobre todo si los vuelos son muy largos y reducen las posibilidades de movimiento, alterando las necesidades fisiológicas de los bebés.

Para facilitar ciertas cosas, las aerolíneas suelen contar en sus páginas webs con datos informativos sobre los servicios que ofrecen y sobre las medidas de seguridad. Antes de plantearse ningún tipo de viaje es necesario estar informado sobre estos datos, pues pueden variar de una compañía a otra.

Las mejores recomendaciones para viajar con un bebé en avión

Lo ideal sería que el bebé durmiera durante todo o casi todo el viaje, pero hay que ser realistas y saber que esto no es siempre sencillo, por lo que es necesario ser precavidos y equiparse de herramientas y paciencia:

1. Anticiparse a los hechos

Si el viaje va a durar más de dos horas, los padres deben llevar en el equipaje de mano todas las cosas que puede necesitar un bebé, como pañales, biberones, leche, manta, toallitas o chupetes. Es imprescindible que a los más pequeños no les falte lo básico, pues de lo contrario el viaje puede convertirse en un verdadero problema.

Si el vuelo es largo, la mejor hora para tomarlo será de noche, así el bebé se podrá dormir a su hora habitual y quizás lo haga durante todo el vuelo. Por el contrario, si el trayecto es corto, siempre es aconsejable que coincida con la hora de alguna siesta, la de la mañana o la tarde. De esta forma, quizás el niño duerma durante un tiempo.


2. Llevar elementos de distracción

Si los adultos ya tratamos de buscar ideas para no aburrirnos en el avión, lo mismo hemos de hacer con los pequeños. En función de la edad del bebé, los padres deberán llevar elementos que lo mantengan distraído durante las horas de vuelo. Siempre es aconsejable llevar su juguete favorito junto con uno nuevo, para que le despierte la curiosidad y se distraiga investigando el nuevo juguete.

Descargar canciones o películas para que pueda verlas en la tableta, o llevar papeles, lápices y cuentos, son formas muy sencillas de procurar horas de distracción. Hay que intentar dejar que se mueva en la medida de lo posible para que no se sienta atrapado.

3. Consejos para papá y mamá

La mejor manera de conseguir que un bebé se relaje es que los padres también lo estén. Es necesario que los padres mantengan la calma. Si el niño tiene edad de comprender, es bueno que los adultos vivan la experiencia como una aventura y así se lo transmitan a su hijo.

Si, por el contrario, es un bebé muy pequeño, existen cunas en los aviones de larga distancia que pueden solicitarse antes de adquirir el billete, así el menor podrá ir recostado en su propio espacio.

4. Ser solidarios con los pasajeros

Corren por Internet vídeos virales de padres que al embarcar en el avión con un bebé comienzan a repartir pequeños kit salvavidas que incluyen algunas gominolas, tapones para los oídos, antifaces para dormir y demás curiosidades.

Lo cierto es que es una muy buena idea, pues se consigue sinergia entre todos los pasajeros, haciendo que el ambiente sea más agradable y solidario.

¡Feliz vuelo con tu bebé!

[fbcomments]